Ver un eclipse sin protección.

Un eclipse es un evento natural asombroso que nos toca vivir pocas veces. El más común es cuando el Sol y la Luna se alinean con la Tierra de forma tal que la luz del sol queda bloqueada parcial y/o totalmente generando un halo de sombra en zonas muy grandes de la superficie terrestre.

A todos nos encantaría mirar directamente un eclipse, sin embargo, hacerlo sin la protección adecuada causa daños irreversibles a los ojos, en especial en la retina. Aunque no hay dolor ni deslumbramiento, la retina puede estar absorbiendo una gran cantidad de energía infrarroja y ultravioleta, las radiaciones electromagnéticas son lo suficientemente energéticas como para quemarla.

Los fotorreceptores y el epitelio pigmentario de la retina son muy sensibles a la radiación del sol, el daño que se produce es conocido como retinopatía solar.

Es fundamental NO mirar un eclipse directamente, ni con lentes de sol aunque tengan protección UV, ni a través de una cámara, telescopio, binoculares u otros dispositivos similares, sin filtro.

Para ver este fenómeno natural es indispensable proteger los ojos con unas ‘gafas para eclipse’, elaboradas con filtros solares especiales, o a través de visores solares manuales que deben cumplir las normas internacionales conocidas como ISO 12312-2.

Hay diferentes formas seguras de ver un eclipse recomendadas por expertos: proyectar la imagen del eclipse a través de un telescopio sobre una pantalla blanca etc.

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